Para nosotros los enlozados son una vuelta al pasado.
Sus formas, colores, texturas. Todo lo que hay en ellos, nos evocan recuerdos de vivencias y lugares que guardamos en nuestro interior.
Los sabores de la comida casera que preparaban nuestras madres.
Las tardes de juegos eternos que terminaban cuando nuestras abuelas nos llamaban a tomar onces.
Las cocinas y sus estantes llenos de tazas, platos y teteras que nos crearon un imaginario tanto estético como emocional.
Tener hoy en la mano una de estas teteras, nos recuerda lo simple del pasado, lo duradero, lo genuino. Lo que nos acompañó entonces y lo vuelve hacer hoy.
Manteniendo la calidad de antaño y entregándonos la oportunidad de volver atrás. A ese mundo en el que todo era más simple y en el que nos sentíamos protegidos.
Por que ahí está la magia de los enlozados. Aparte de ser hermosos, nos conducen emocionalmente a un lugar de una belleza mayor.
Un lugar que creíamos lejano y perdido en el tiempo.
Pero no, ese lugar aún existe.
Se guarda inalterablemente en los más profundo de nuestros corazones.
Y está aquí en Dominga Decovintage.
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